martes, 26 de abril de 2011

Proyecto de ley UDI: A bajarse del sillín...

El ser humano, debido a su imperiosa necesidad de trasladarse a diferentes lugares, ha construido diversos medios de transporte a lo largo de la historia. Actualmente, debido a los altos niveles de contaminación atmosférica, la utilización de vehículos que no requieren de combustibles fósiles para funcionar, como la bicicleta, es de alta demanda. Recientemente, en nuestro país, parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente (UDI) presentaron ante el Congreso Nacional un proyecto de ley que prohíbe el tránsito de ciclistas en calles y avenidas, por lo que se les obliga a circular por ciclovías y veredas, lo cual, desde mi punto de vista, genera un problema en la circulación de peatones y ciclistas.

En primer lugar, la restricción del tránsito de bicicletas por ciclovías y veredas, en conjunto con la escasa implementación y conexión de redes cicloviales que existen enlas ciudades, pone a las aceras como vías de uso principal de circulación. Esto conlleva a que los peatones se vean afectados tanto en su seguridad como en su optimización de tiempo en el traslado a sus lugares de trabajo o a sus hogares.

 
Otro punto que es importante destacar, es que la bicicleta trae consigo muchos beneficios para la salud y calidad de vida,  como la prevención de accidentes vasculares, ya que al aumentar la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial. También es un ejercicio que mejora la condición física y que puede mitigar el sobrepeso en la población. El gobierno, año tras año, ha promovido la alimentación sana y la actividad física a través de campañas e instituciones, por lo que el desincentivo del uso de la bicicleta, provocado por el actual proyecto de ley, va totalmente en sentido opuesto a los objetivos del mandato actual.

Según los parlamentarios de la UDI, la idea apunta a promover la seguridad de las personas con el hecho de mantener un orden en las calles y así causar menos accidentes automovilísticos. A pesar de que solucione esta problemática, la dificultad recae en el traslado de los inconvenientes desde las calles a las aceras, es decir, los peatones son los perjudicados debido a los posibles choques y/o colisiones con los ciclistas.

En conclusión, la aprobación del proyecto de ley perjudicaría a ciclistas y peatones, ya que la cantidad de ciclovías es mínima y el uso de aceras colapsaría en horarios de alta demanda. Una posible solución es la creación de programas efectivos y masivos sobre el uso de bicicletas en carreteras y calles, tanto para  ciclistas y automovilistas, lo cual ya esta siendo exigido en movilizaciones y manifestaciones a lo largo del país.

miércoles, 13 de abril de 2011

Reescritura: ¿Energía nuclear en Chile? No, gracias.

Actualmente, nuestro país está sosteniendo diversas conversaciones y realizando estudios con Estados Unidos para construir, en un futuro cercano, la primera planta de energía nuclear en Chile. Este tema ha generado controversia a nivel nacional, debido a recientes hechos que muestran a las centrales nucleares como verdaderos riesgos y potencialmente contaminantes. En este contexto, nuestro país no debe poseer, entre sus posibilidades para abastecerse energéticamente, el uso de la energía nuclear.

En primer lugar, estudios realizados por diversos institutos de ecología, evidencian que por cada kilowatt-hora de electricidad generada por una central nuclear, se producen, en promedio, 55 gramos de dióxido de carbono, gas que causa, en forma directa, un aumento del efecto invernadero y del calentamiento global.

Otro punto que es importante recalcar es que durante el funcionamiento de una planta nuclear se generan desechos radiactivos que, pese a que pueden ser enterrados para su aislamiento, generan alteraciones en las capas profundas de la tierra y contaminan las corrientes subterráneas de agua.

Algunos afirman que  un factor esencial para la construcción segura y fiscalizada de plantas de energía nuclear es contar con la presencia de destacados profesionales que ayuden en su edificación y mantenimiento, lo cual no es posible realizar en Chile, ya que nuestro país no posee expertos nucleares egresados de las universidades (como ingenieros nucleares) y el flujo de graduados que se especializa en el extranjero no  es suficiente para un óptimo desarrollo nuclear.

Por último, cabe recalcar el gran riesgo que implica la construcción de una planta nuclear en un país altamente sísmico como el nuestro, ya que ante movimientos telúricos de mediana intensidad, significaría un peligro inminente, tanto para los trabajadores de la planta como para la población aledaña en general y el medio ambiente en el cual está inmersa.

En conclusión, es posible decir  que el hecho de construir y mantener centrales de energía nuclear en Chile, supone un riesgo y peligro constante para la población y un daño irreversible en nuestra biodiversidad y medio ambiente, por lo que el uso de energías limpias o renovables, como las energías eólica o solar, se hace necesario para abastecernos de energéticamente, sin morir en el intento.

martes, 5 de abril de 2011

¿Energía nuclear en Chile? No, gracias.

Actualmente, nuestro país está realizando diversas conversaciones y estudios con Estados Unidos para construir, en un futuro cercano, la primera planta de energía nuclear en Chile. Este tema ha generado controversia a nivel nacional, debido a recientes hechos que muestran a las centrales nucleares como verdaderos riesgos y potencialmente contaminantes. En este contexto, nuestro país no debe poseer, entre sus posibilidades, para abastecerse energéticamente, el uso de la energía nuclear.

En primer lugar, y según estudios realizados por diversos institutos de ecología, cada kilowatt-hora de electricidad generada por una central nuclear, produce, como promedio, 55 gramos de dióxido de carbono, gas que causa, en forma directa, un aumento del efecto invernadero y del calentamiento global.

Otro punto que es importante recalcar es que durante el funcionamiento de una planta nuclear, se generan desechos radiactivos que, pese a que pueden ser enterrados para su aislamiento, generan alteraciones en las capas profundas de la tierra y contaminan las corrientes subterráneas de agua.

Además, un factor esencial para la construcción de plantas de energía nuclear es constar con la presencia de destacados profesionales que ayuden en su construcción y mantenimiento, lo cual no es posible de realizar en Chile, ya que nuestro país no posee expertos nucleares egresados de las universidades (como ingenieros nucleares), y el flujo de graduados que se especializa en el extranjero no  es suficiente para un óptimo desarrollo nuclear.

Por último, cabe recalcar el gran riesgo que implica la construcción de una energía nuclear en un país altamente sísmico como el nuestro, ya que ante sismos de mediana intensidad, significaría un peligro inminente, tanto para los trabajadores de la planta, como para la población aledaña en general y el medio ambiente en el cual está inmersa.

En conclusión, es posible decir  que el hecho de construir y mantener centrales de energía nuclear en Chile, supone un riesgo y peligro constante para la población y un daño irreversible en nuestra biodiversidad y medio ambiente, por lo que el uso de energías limpias o renovables, como la energía eólica o solar, se hace necesario para abastecernos de energía, sin morir en el intento.